Con una hermosa celebración, en contacto con la naturaleza y con el Dios de la vida elevamos nuestras voces y nuestro corazón al Señor para darle gracias por el don de nuestra comunidad y de la vocación recibida.
Somos huerto, que confía en tu fuerza creadora, Señor!
El símbolo escogido por nuestra comunidad es el "huerto", como espacio donde germina la vida y crece silenciosamente en la tierra por la acción fecunda del Espíritu Santo.
Luego de nuestra celebración nos dirigimos a Basílica, para presentarnos y confiarnos a la Virgen María, que se ella quien nos ayude a vivir en comunión y amor.
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